La cualidad del número uno está relacionada con la unidad y la totalidad, pero sin consciencia de sí misma. Hay un gran potencial naciente y la oportunidad de realización (Karen Hamaker-Zondag). Es el comienzo. Algo nuevo a comenzado. La semilla se ha plantado. Hay un potencial de crecimiento en nuevas direcciones (Gail Fairfield).
La cualidad del número dos está relacionada con la polaridad. También puede significar conflicto y generar incertidumbre. El número dos no es autosuficiente y busca una solución. (Karen Hamaker-Zondag). En el número dos hay una clara división o separación. Puede bloquear o negar algo con el fin de reforzar, reivindicar y afirmar la opción opuesta (Gail Fairfield).
La cualidad del número tres está relacionada con aquello que está en proceso de formación, una fuerza en movimiento; ya se han tomado decisiones, pero el objetivo aún no ha sido alcanzado (Karen Hamaker-Zondag). El nivel del número tres es el de la clarificación, la mejora y la expresión. Es el nivel de la planificación. Aquí es donde se empieza a tener en cuenta los detalles para preparar concienzudamente los planes de acción (Gail Fairfield).
La cualidad del número cuatro está relacionada con la totalidad en el proceso de formación y con las limitaciones de la realidad (Karen Hamaker-Zondag). Con el número cuatro, un plan o un proyecto se convierte en realidad. Hay una sensación de solidez, algo está firmemente establecido de forma invariable (Gail Fairfield).
La cualidad del número cinco es la de la implicación en la vida y tiene una cualidad revolucionaria que lleva a nuevas dimensiones de la vida (Karen Hamaker-Zondag). Lo que parecía tan bien establecido, sufre ahora una reacción y se ve afectado. Tiene que adaptarse, cambiar o asentarse de otro modo (Gail Fairfield).
Durante un breve lapso, la cualidad del número seis reune de forma armoniosa elementos o circunstancias en una influencia simétrica de gran belleza (Edgar Cayce); la cual se deshace y recrea de forma cíclica, adaptándose con gran agilidad ante las circunstancias (Karen Hamaker-Zondag; Gail Fairfield).
El siete es el número de la espiritualidad y la manifestación esotérica (Edgar Cayce). El número siete está relacionado con un rasgo de personalidad o una conducta que produce una reacción en el exterior, pero puede que ésta no haya absorbido todavía las consecuencias de lo que está haciendo. Representa, no sólo el pecado, sino también la preparación para la expiación y la redención (Karen Hamaker-Zondag). El aspecto septil tiene una cualidad kármica: funciona inconcientemente a partir de motivaciones ocultas o fuerzas invisibles que empujan a actuar o reaccionar (Gail Fairfield).
La cualidad del número ocho indica intercambio comercial (Edgar Cayce). En astrología el aspecto de semicuadratura está relacionado con estrés y estados de alerta justo antes de que una acción se inicie, como cuando los corredores están en la linea de salida, esperando oír el disparo. Por otro lado, el aspecto de sesquicuadratura también está relacionado con estrés y estados de alerta, pero mientras la acción se está llevando a cabo, como cuando el semáforo está a punto de ponerse rojo (Tito Macià).
La cualidad del número nueve está relacionada con con la integración de lo alto y lo bajo. Representa la cíclica caída y la difícil escalada que le sigue. Está conectado a un movimiento que se persigue con gran fuerza en determinada dirección, pero sin objetivo (Karen Hamaker-Zondag). En el número nueve hay una integración en el movimiento hacia adelante. Es una situación que no requiere mucho para que el movimiento hacia adelante se mantenga. Como todo es flexible y está en orden, hay un flujo que se mantiene previsible en determinada dirección (Gail Fairfield). El número nueve produce una finalización de las fuerzas dentro del orden natural de las cosas, cuyo resultado es un cambio inminente en la vida (Edgar Cayce).
El número diez tiene una cualidad no lineal (Edgar Cayce), de forma que acontecimientos aparentemente insignificantes adquieren una influencia decisiva, mientras que otros la aparentemente de gran magnitud pasan totalmente desapercibidos (efecto mariposa). Todo depende de si su cualidad coincide con la naturaleza del punto de bifurcación (Gail Fairfield).
La cualidad del número once (!) está relacionada con la organización de elementos para establecer un orden de prioridades. Indica que se experimenta determinado ámbito de la vida de forma unidireccional, procediendo con intensidad y concentración, de acuerdo con el plan establecido previamente (Gail Fairfield).
La cualidad del número doce está relacionada con la madurez, la sofisticación y la complejidad interna que permite reaccionar ante el entorno con mayor consciencia, sensibilidad, adaptación y autodominio (Gail Fairfield; Edgar Cayce; Bruno y Louise Huber).
